Recuerden niños, nunca es tarde para perseguir vuestros verdaderos sueños...
30/1/09
Robinson Crusoe
Recuerden niños, nunca es tarde para perseguir vuestros verdaderos sueños...
29/1/09
"Oh cuidar lo fugaz bajo el sol"
El guardián del hielo
Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol...
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
Yo soy el guardián del hielo.
José Watanabe
Aún no tengo activadas mis funciones de estudiante de letras, así que no voy a proporcionar ningún dato adicional sobre el autor. Tenía pensado escribir sobre cualquier otra cosa, pero la sangre y el alma sí están activadas en mi cuerpo, entonces tuve que postear este poema. Tenía que hacerlo, estas cosas pasan todo el tiempo... la poesía sucede todo el tiempo.
27/1/09
Volver... con la frente marchita
Llego a Córdoba temprano, osea una hora más tarde por el fuckin' cambio de horario. Como soy joven y amarrete, me voy al depto caminando. La ciudad está hermosa y bastante transitada. Es lo que me hacía falta: el bullicio, los nervios, el apuro-sin-razón de las ciudades grandes. Necesitaba todos esos edificios gigantes proyectando sus sombras invisibles sobre mí, a los obreros silbando y golpeando desde todas partes como pájaros carpinteros con hipotiroidismo (y mala educación, algunos). No veo muchos cambios, algunos negocios han desaparecido, y a una que otra casa le han crecido varios pisos, porteros eléctricos y terrazas. Después de todo, sólo me fui por un mes. El gimnasio tampoco ha cambiado. Me alegro secretamente porque la chica que atiende recuerda mi nombre cuando me cobra la cuota del mes.
Más tarde voy al supermercado, compro frutas, agua mineral y jabón-rexona ("nunca te abandona" ) porque me siento sano y deportista. La alegría dura poco. El papel higiénico está carísimo. ¡Malditos bastardos! no pueden cobrar tanto por un artículo que sirve para limpiarse el culo. El gobierno debería restringir las exportaciones de papel higiénico, a ver si bajan el precio. Pasado mi enojo de ama de casa del Bajo Flores, me voy a pagar. Justo cuando es mi turno, la cajera hace un racambio de caja, maldición. En ese momento miro alrededor y noto algo peculiar. La población del supermercados está curiosamente dividida en dos tipos de individuos. A saber: Señoras de edad (por no decir viejas... ups!) que se encuentran comprando la comida para el almuerzo y dieciochoañero/as acompañado/as por sus padres. En sus carritos se pueden apreciar artículos como los siguientes: trapos de piso, palos de escoba, cacerolas de acero inoxidable. Es una imagen bastante tierna, podría ser útil para algún comercial de una compañía de medicina pre paga. Sin embargo me hace sentir parte de una brecha generacional, más bien un bache. Y no creo que Macri venga corriendo a taparlo.
25/1/09
Días como éste
23/1/09
una vez, cuando vivía en el barrio de Alberdi.
22/1/09
...y ahora sí, un título
transeúnte
(Del lat. transĭens, -seuntis, part. act. de transīre).
- . adj. Que transita o pasa por un lugar. U. t. c. s.
- adj. Que está de paso, que no reside sino transitoriamente en un sitio. Apl. a pers., u. t. c. s.
- adj. De duración limitada.
- adj. Fil. Que se produce por el agente de tal suerte que el efecto pasa o se termina fuera de él mismo.
Fuente: RAE
Y hablando de espacio desperdiciado... la RAE tiene cuatro definiciones para una palabra que casi no se usa. La verdad es que me gusta transeúnte, me parece hermosa. No la veo muy seguido (si es que las palabras pueden ser vistas), a no ser en algún manualcito de educación vial (y a cuántos nos vendría bien leerlo!). Sin embargo somos tantos los que transitamos por alguna calle sucia a la mañana, apretados unos contra otros; los que estamos de paso, con la valija a-medio-hacer y los libros sobre la mesa; los efímeros (mierda, nada dura lo suficiente)... los que intentamos escapar fuera de nosotros mismos, y fracasamos.
¿Puede una palabra en desuso definir a tantos individuos que pululan por ahí? No creo... no me importa. Me gusta transeúnte para título del blog como me gustan los lunares para la piel. Tarde o temprano, dejamos de caminar (compramos un auto), guardamos los libros en la biblioteca... dejamos de sentirnos pasajeros. Y algún día, sin que nadie se entere, dejaré de escribir en este blog transeúnte.
21/1/09
el principio del final
Y sí, se trata de otro vano intento de colapsar este maldito mundo con palabras. Porque este maldito mundo me colapsa con palabras.