24/2/10

paradigmas


A la hora de escribir, las libretas y las hojas sueltas son dos maneras diferentes de ver el mundo.
Unos, los usuarios de las libretas, tienen todas sus anotaciones anilladas y en perfecto orden. Pueden volver a ellas siempre que quieran e incluso numerar las páginas. Los otros, en cambio, andan por la vida con las hojas sueltas. Éstas no caben en cualquier bolsillo; se hace necesario un sobre o varios para guardarlas y el riesgo de que alguna hoja se pierda es constante. Pero está bien, porque estas personas, temerarias, no temen por sus palabras y pueden usar cualquier papelito para anotar sus pensamientos.


Dedicado a Aimé, quien va por la vida escribiendo en hojas sueltas y papelitos (y eventualmente perdiéndolos).


22/2/10

Acotaciones (más al margen)

Mini historias cortitas y al pie (?)


- Diálogo imaginario, pero posible:
- Che, y vos ¿a qué te dedicás? - No, bueno, en realidad yo dibujo cosas que no existen.

- Me hice amigo de un pichicho por tres cuadras. Él era negro y viejo, y estaba rengo. Cuando me dejó le dije: Adiós Dago, jenízaro negro! Lo llamé así porque me recordaba al personaje de las historietas que leía con mi abuelo.
Sólo el cuerpo de Dago era lo que estaba arruinado por la calle y las noches. El espíritu se le notaba joven, fuerte y salvaje, como a mi abuelo.

- Cuando era más chico quería ser una langosta. Me parecían super geniales: verdes, aerodinámicas y capaces de dar grandes saltos. Quise ser una langosta hasta que me di cuenta de que vivían poco tiempo y que los nenes se divertían arrancándoles las patas.
Ahora que soy más grande (un poco, no más) quiero ser profesor. Pero a los profesores también les arrancan las patas.

- Momento ultra cursi de mi vida: ir caminando por 27 de abril o La Cañada una mañana nublada, mirar los edificios, alguna casa vieja o a la gente que espera el bondi; pensar: la ciudad es hermosa, nada puede salir mal.

- Voy al super, comparo precios, suspiro y comento con mi papá que sí, que se está yendo todo al carajo. Definitivamente me estoy convirtiendo en una vieja del Bajo Flores, cada vez más.

- A# escribió un cartelito y lo pegó: "Por favor no me robe el sillón. Gracias =)". Sí, la vida debería ser así, tan.

- Me dijo muchas cosas: que se llamaba Rubén pero le decían El Lobo. Me dijo que no se rescataba porque amaba la calle y que en realidad podía irse de allí en cualquier momento, ya que podía viajar con la mente. Rubén tenía la mirada brillante, como un soñador o como un niño. No volví a verlo, siempre paso por ahí pero no. Creo que realmente era un lobo y que podía viajar con la mente.

- Hay dos personas con las que siempre termino hablando del mar. Una de ellas vivía cerca de la playa y su pelo debía oler a sal o a luna. La otra lo añora tanto como yo. Pero no sé a qué olemos, quizás a distancia o ausencia.


11/2/10

Presentación Gran (2)




Estos dos son los nuevos libritos que acabo de hacer y están fresquitos como pan caliente. Para más información hacer click aquí